Mi ayudador

“La vida del rey David fue de altos y bajos”

“A ti, oh Jehová, clamaré, y al Señor suplicaré.  ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?  Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí; Jehová, sé tú mi ayudador” Salmo 30: 8-10

La vida de David fue de altos y bajos. Él tenía el llamado de Dios, fue ungido por Samuel, pero eso no le eximió que fuera perseguido y le ocurrieran circunstancias difíciles en su vida. David en el salmo 30 nos relata unas vivencias emocionales y espirituales que llegan a los límites extremos, de estar en el borde del abismo, hasta poder experimentar la salvación, y saber lo que es que Dios lo traslade del lamento a la victoria, la cual termina en gozo y danza.

“Mientras tengamos vida, vamos a suplicar, vamos a alabar y anunciar la verdad de Jesucristo”

En este momento que usted lee estas líneas, posiblemente muchas personas están experimentando situaciones muy diferentes. El consejo que el rey David plasmó en el salmo es que mientras tengamos vida, vamos a suplicar, vamos a alabar y anunciar la verdad de Jesucristo.

Debemos de orar con gratitud y decirle al Señor que estamos seguros que Él nos guía por sendas de paz, y por eso en el Señor nosotros  confiamos, expresémosle al  Todopoderoso: Dios de mi salvación, tu presencia me da la libertad.

Qué lindo es poder clamar al Todopoderoso y tener paz, y sea lo que sea por lo cual estemos atravesando, sabemos que Él es Fiel.

Reflexiona Sobre Esto

  • ¿Se ha sentido en algún momento en el borde del abismo?
  • ¿Agradece y glorifica a Dios por todo lo que le sucede?

Lectura Del Día

Hebreos 13: 5-6



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