Estando muerto llevo más fruto

Jesucristo trajo una parábola a los discípulos y les dijo: Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.

“Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.  El que se apega a su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna” Juan 12: 24-25 Nueva Versión Internacional (NVI)

¿Por qué muchos creyentes no llevan fruto? La respuesta es: porque aún no han muerto a su propio yo, viven apegados a los deseos y deleites del mundo.

La palabra dice en Gálatas: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Todos los seguidores de Jesucristo se supone que lleven muchos frutos, y algunas veces se han conformado con los dones que son irrevocables, pero en el diario vivir los frutos del Espíritu Santo no son evidentes. La pregunta es: ¿Por qué muchos creyentes no llevan fruto? La respuesta es: porque aún no han muerto a su propio yo, viven apegados a los deseos y deleites del mundo.

Jesucristo trajo una parábola a los discípulos y les dijo: Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. ¿Pero a que hay que morir? A todo lo que nos aleja de Dios. A todo lo que el mundo ofrece, y a nuestro propio yo. El apóstol Pablo dijo:

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20

No debemos de confundir dones con frutos. La única manera de llevar muchos frutos es morir a su propio yo, al ego y al mundo, para vivir espiritualmente con Cristo por toda la eternidad.

La dependencia de Dios produce libertad, la dependencia del propio yo produce esclavitud. Debemos de ser dirigidos por el Espíritu Santo en todo lo que hagamos en esta vida, solo así podemos decir como dijo Pablo: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. El estar crucificado es decir, ya no hago lo que yo quiero, ya no vivo por mi propia cuenta, sino que hago lo que El Señor me manda a hacer.

Los dones y el llamado son irrevocables, y puede ser que una persona es usada por el Espíritu Santo con el don que Dios le dio, pero no necesariamente lleve frutos. No debemos de confundir dones con frutos. La única manera de llevar muchos frutos es morir a su propio yo, al ego y al mundo, para vivir espiritualmente con Cristo por toda la eternidad.

Reflexiona Sobre Esto

  • ¿Ha muerto a todo lo que le separa de Dios?
  • ¿Es usted una persona de frutos espirituales?

Lectura Del Día

Juan 12: 20-26

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