La carne y el Espíritu

“El nuevo creyente o camina en la carne o camina en el Espíritu. Cuando tomamos la decisión de vivir por el Espíritu la puerta de la carne se cierra, pero cuando decidimos vivir por la carne la puerta del Espíritu se cierra”

“Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones” Gálatas 5:16-17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

La gran lucha que el ser humano vive todos los días es entre la carne y el Espíritu. Cuando un ser humano nace de nuevo, ya no es una persona natural sino una persona espiritual (Ver 1 Corintios 2: 14-15). El nuevo creyente o camina en la carne o camina en el Espíritu. Cuando tomamos la decisión de vivir por el Espíritu la puerta de la carne se cierra, pero cuando decidimos vivir por la carne la puerta del Espíritu se cierra.

Cuando la Biblia habla de carne no es el tejido muscular que tenemos debajo de la piel, sino más bien acciones o pensamientos que nos alejan de Dios.

Por lo tanto todas las descripciones que la Palabra de Dios menciona al respecto a la carne fueron identificadas por la ley, en este caso la ley de Moisés.

“Pero ahora hemos muerto a la ley que nos limitaba y fuimos liberados de ella. Ahora servimos a Dios de una manera nueva por medio del Espíritu y no servimos ya a la antigua manera de la ley escrita” Romanos 7: 6 Palabra de Dios para Todos (PDT)

Pero la ley era la única manera de saber qué es el pecado. El apóstol Pablo se lo explicó a los romanos de esta manera: Por ejemplo, no sabía lo que significa desear lo que no me pertenece, pero la ley decía: «No desees lo que no te pertenece»”

Cristo vino físicamente a cumplir la ley, pero sobre todo a traer la gracia. La gracia no es libertad a la carne, sino la sujeción al Espíritu Santo de Dios.

Vivir y moverse bajo la dirección del Espíritu Santo es lo mejor y más seguro para agradar a Dios. También dice la Palabra “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Debemos de caminar en el Espíritu, y renunciar a todo lo que sea carne.

Reflexiona Sobre Esto

  • ¿Es usted una persona que obedece todo lo que el Espíritu Santo le pide?
  • ¿Su comportamiento es basado en la carne o en el Espíritu?

Lectura Del Día

Gálatas 5:16-25



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