El primer mandamiento del Reino

Este Reino es inconmovible, el cual tiene una ley, y esta ley hay que cumplirla.

“Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.  Les he dicho estas cosas para que se llenen de mi gozo; así es, desbordarán de gozo.  Éste es mi mandamiento: Ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado” Juan 15:10-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El Reino de los Cielos tiene todo un sistema de gobierno donde el Padre estableció a su único Hijo como Rey y Señor de todo. Este Reino es inconmovible, el cual tiene una ley, y esta ley hay que cumplirla. Todo lo que ha dicho Dios se convierte en los estatutos del Reino de los Cielos. Y Jesucristo enfatizó en un mandamiento: Ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado. El Rey Eterno es un Rey de amor.

El apóstol Pablo habló también del amor, y dejó muy claro que podemos tener todos los dones, podemos regalar todo lo material a otras personas, pero si no tenemos amor nada somos. Esta enseñanza de Pablo es la confirmación del mandamiento de Jesús. El amor es un mandamiento, no es una opción. Hay que amar, ya que sin amor no hay nada. Una persona que no ame, no está reflejando en su vida el carácter de Cristo, por lo tanto pone en tela de juicio el ser llamado cristiano(a).

Cuando amamos a Dios con amor ágape el cual es una manifestación de los frutos del Espíritu, también amamos todo aquello que es de Él (esto incluye sus hijos) y también amamos todo lo que Dios ama.

Cuando el amor de cada uno es un amor vertical mirando a Dios primero, sometiéndose a su Palabra, sus mandamientos y amando de verdad, entonces ese amor toma un giro horizontal donde es posible amar a los demás con el amor de Cristo.

“En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos” 1 Juan 5: 2

Cuando amamos a Dios con amor ágape el cual es una manifestación de los frutos del Espíritu, también amamos todo aquello que es de Él (esto incluye sus hijos) y también amamos todo lo que Dios ama. Por eso cuando hablamos del Reino, no podemos dejar de hablar del amor. Y esto no es solo un asunto de hablar, sino más bien de hacer, debemos de amar de palabra y de hecho.

“Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos” 1 Juan 3:18 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Reflexiona Sobre Esto

  • ¿Cuánto ha valorado el mandamiento de Jesús “Ámense unos a otros”?
  • ¿Tiene usted hermanos en Cristo que son difíciles de amar?

Lectura Del Día

Juan 14:15-29 

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