Nuestro Padre Celestial nos ha creado con un plan perfecto, y ese plan comenzó desde antes de la eternidad. Puede ser que al mirarte al espejo no estés conforme con lo que Dios ha creado, pero no puedes olvidar que eres un diseño celestial.
El Padre envió a Jesucristo a salvarnos, y ahora que somos salvos nos lleva perfeccionando cada día, Dios sigue obrando hasta el día de Jesucristo. Es decir, el día de la segunda venida de Cristo, o bien que muramos y comparezcamos ante su Presencia. Solo entonces seremos semejante a él, porque lo veremos tal como es él.
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 1 Juan 3:2