“Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho estas cosas para que se llenen de mi gozo; así es, desbordarán de gozo. Éste es mi mandamiento: Ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado” Juan 15:10-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El Reino de los Cielos tiene todo un sistema de gobierno donde el Padre estableció a su único Hijo como Rey y Señor de todo. Este Reino es inconmovible, el cual tiene una ley, y esta ley hay que cumplirla. Todo lo que ha dicho Dios se convierte en los estatutos del Reino de los Cielos. Y Jesucristo enfatizó en un mandamiento: Ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado. El Rey Eterno es un Rey de amor.
El apóstol Pablo habló también del amor, y dejó muy claro que podemos tener todos los dones, podemos regalar todo lo material a otras personas, pero si no tenemos amor nada somos. Esta enseñanza de Pablo es la confirmación del mandamiento de Jesús. El amor es un mandamiento, no es una opción. Hay que amar, ya que sin amor no hay nada. Una persona que no ame, no está reflejando en su vida el carácter de Cristo, por lo tanto pone en tela de juicio el ser llamado cristiano(a).