A los creyentes les suceden cosas similares. Tienen las promesas de Dios, las advertencias del Padre Celestial de no hacer lo que no conviene, pero en el caminar diario puede llegar momentos de oscuridad, donde ya no hay luz natural y es necesario ser guiados por la Luz de Cristo. Los problemas pueden ser como la oscuridad de la noche, la cual puede traer miedos, inseguridad y puede complicar el buen caminar. Cuando hay problemas que no se puede ver más allá en el caminar, es necesario reposar en el Espíritu Santo. Dios desea que cada uno de sus hijos tenga sueños con El. La pregunta más común cuando llegan los problemas es: ¿Dónde está Dios? Esa pregunta tiene una respuesta: Dios está con nosotros.
Las situaciones difíciles, ya sea cansancio, problemas, inseguridades o falta de dirección, El Señor las puede utilizar para suavizar nuestro carácter, poner una almohada (como hizo con Jacob) y hablarnos. Cuando hay problemas Dios está más cerca de lo que pensamos o imaginamos.