Los dones del Espíritu Santo, su propósito es:
La edificación de toda la iglesia (1 Corintios. 12:4-7, 14:12)
El convencimiento y la conversión de los incrédulos (1 Corintios. 14:21-25, Romanos 15:18-19)
Los dones del Espíritu son temporales, digo temporales porque es mientras la iglesia esté operando en este mundo, después de que el Señor Jesucristo venga en las nubes por su iglesia, estos dones ya no funcionarán según lo que dice 1 Corintios 13; 8-10 “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesaran las lenguas, y la ciencia se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; más cuando venga lo perfecto, lo que es en parte se acabará”.
Los nueve dones del Espíritu son áreas en las cuales el Espíritu Santo manifiesta su presencia. Ellos son expresiones de la gracia de Dios obrando en el mundo de hoy. Son manifestaciones del poder de Dios ministrando para el bien de la humanidad. Dios nunca tuvo la intención de que las personas sobrevivieran en este mundo, sin formar parte del ámbito espiritual. A través de estos dones, El Señor equipa y prepara a su pueblo para poder ganar las batallas en esta vida.
Creemos a la palabra de nuestro Señor Jesucristo, cuando le dijo a sus discípulos “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” Lucas 24; 49. Esa promesa ya está con nosotros, ahora debemos de ser bendición a donde quiera que vayamos, creyendo que los dones son para la edificación de la iglesia.