Los Códigos Espirituales de Guerra

Cuando hablamos de guerra espiritual, no todo se refiere a demonios o espíritus inmundos. Hay luchas en el alma (emociones) y cuando los pensamientos pueden manipular las emociones, entonces las mentiras del diablo pueden parecer una verdad, y las promesas de Dios pueden parecer imposibles. Toda guerra, lleva tácticas, directrices y sobre todo van dirigidas por autoridades. Sin autoridad lo que sucede es rebelión, y recordemos que el primer rebelde que menciona la Biblia fue Lucifer. Hablar de códigos espirituales de guerra, no es algo que está escondido o que no se ha descifrado ni mucho menos una revelación que Dios me ha dado. Es simplemente la poderosa Palabra de Dios, siendo aplicada con la dirección del Espíritu Santo, dejando atrás costumbres o creencias tradicionales que se han heredado de doctrinas de hombres, o simplemente ignorancia de las escrituras. Este libro incluye estos y otros temas:

Cuida Tu Lengua
Los Demonios Aprovechan Los Derechos Otorgados
La Falta De Perdón
La Casa Contaminada
Leviatán
Liberación Un Estilo De Vida
La Sangre De Cristo
Las Pruebas
El Nombre De Jesús

Desde el Antiguo Testamento leemos que nuestro Señor se ha querido revelar a su pueblo, a sus escogidos. El Dios de amor siempre es manifestado y nos da la oportunidad.
Deuteronomio 30: 19-20 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar”.
Jehová le dijo a Moisés, que ponía de testigos a los cielos y a la tierra, que Él había puesto la vida y la muerte, y le recomendó que escogiera la vida. Escoger la vida, le iba a asegurar no solo a él la bendición, sino a su descendencia. Jesucristo vino para darnos vida, y vida en abundancia. Les confieso que después de tantos años de leer este versículo, un día El Espíritu Santo me confrontó con este versículo.
Juan 10: 10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Yo sabía que Satanás era (y sigue siendo) un ladrón, y que el único propósito que tiene contra la humanidad es la destrucción. Pero ese día el Espíritu Santo me hizo leer fijamente estas palabras de ese versículo “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Realmente yo pensaba que abundancia era algo únicamente material. La abundancia que Dios da es ilimitada, en lo espiritual, lo emocional, el conocimiento, la unción, la revelación y también lo material.